El desierto de Atacama, el más árido del mundo, esconde en sus profundidades napas de aguas marina que quedaron atrapadas hace millones de años.
Esas aguas purificadas naturalmente se extraen hacia la superficie y luego de un proceso de evaporación en piscinas, se transforman en cristales de sal de gran pureza.
La sal de mar previene el riesgo de enfermedades cardiovasculares, mejora el sistema inmune y disminuye los niveles colesterol malo, además de ser un buen activador del sistema digestivo, haciendo que los alimentos se digieran más rápido. Prefiérela siempre en tus comidas y elije el sabor que más te guste.

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